martes, 3 de julio de 2012

Hablemos de Italia


Pasó la Eurocopa y todo el mundo habla del fútbol excelso de España, de su tremenda calidad, de que está marcando una época...  No seré yo quien no diga eso, ¡faltaría más, si también yo soy español, español, español...! Vamos, que por mí, que el Rey, que ya hizo marqués a Del Bosque,  nombre Grandes de España a los jugadores, porque eso es lo son: unos tíos grandes.
 
            Pero mirad por dónde que me apetece más hablar de Italia, nuestra rival en la final. Reconozcámoslo: más de uno estábamos acojonadillos antes del partido. Sobrevolaban por nuestra mente funestos fantasmas: que si no les hemos ganado nunca, que si son muy competitivos, que vaya la que le dieron a Alemania, que... Y ya el colmo para temerles más era que contemplábamos atónitos cómo esta Italia es distinta a la de siempre: nada de catenaccio sino juego al ataque, fiaban su estrategia a la calidad de Pirlo y no a las patadas del Gatusso de turno, una defensa muy adelantada, jugadores nobles exceptuando al pirado de Balotelli... Vaya, vaya con Italia... ¡Si no hay quien la reconozca!  Y aún había, por lo menos en mí, otro temor: como se le tuerzan las cosas en la final, empiezan con el juego sucio, con la provocación, la marrullería y otras malas artes que han practicado de toda la vida de Dios. No se me borraba de la cabeza el codazo de Tassoti a Luis Enrique y otras triquiñuelas semejantes. Total, empieza la final y, aunque tímidamente, se aprecian todas esas bondades que adornan a la renovada Italia. Pero las cosas empiezan a irles mal. "Ya va a empezar el festival de patadas y recuerdos a las madres de los jugadores españoles", pensé... ¡Pero no!  ¡Seguían a lo suyo, a intentar remontar con nobleza! No lo podía creer, los italianos se han vuelto jugadores honestos y ¡limpios, limpios! Claro, y más que lo serán ahora mismo con el baño que se llevaron...

1 comentario:

  1. ¿Lo malo de todo tu análisis sabes qué es? Que si dejando la marrullería a un lado se han encontrado con 4 goles; mucho me temo que bienvenida sean nuevamente las patadas y alabados los codazos...

    Pero en fin, a nosotros que nos quiten lo bailao.

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