martes, 28 de febrero de 2012

Orgullo de todos


Hay veces en que a uno le resulta difícil no presumir de sus cosas. Reconozcámoslo, todos tenemos un pelín de vanidad. Y si empiezo escribiendo estas consideraciones es porque sí, hoy me apetece presumir, pero, no de algo mío únicamente, sino de algo que es nuestro, de mi Hermandad, de El Viso.
            Hace unas semanas, en el marco de las jornadas de historia local que organizó la Asociación Fuente del Sol, mi amigo Federico Jaime López y el que suscribe impartimos una conferencia en la que tratamos de vincular la imagen del Cristo del Amor a la obra de Juan Bautista Vázquez "El Viejo". Yo me encargué de tratar cómo la propia historia de la imagen la acerca a las gubias del genial escultor castellano. Pero fue Fede quien presentó un magnífico análisis comparativo de la imagen del Cristo con otras obras documentadas de Vázquez "El Viejo". No dejó lugar a dudas... Pero además realzó la figura del escultor que probablemente talló a nuestro Cristo hacia finales del siglo XVI, calificándolo como uno de los grandes introductores del Renacimiento y el Manierismo en Sevilla, y como uno de los creadores del prototipo de crucificado de la escuela sevillana. ¡Bravo, Fede!
            Cuando esta pasada semana el Cristo del Amor ha reinado desde su altar de cultos, he dedicado algún tiempo a admirar por enésima vez esta gran obra de arte. Porque, como Fede, al Cristo lo miro con devoción y lo admiro con emoción. Y no puedo por más que sentir orgullo de tener entre nosotros tan excelsa representación del Hijo de Dios crucificado, y que sea esta imagen la dueña de mis desvelos y el norte de mis pasos. Creedme, no es chauvinismo estúpido ni presuntuosidad; es, simplemente, amor al arte y gratitud a Dios.