viernes, 22 de mayo de 2015

Desde un atril

                                              
                   Se paró el tiempo. Se hizo
              el silencio; tras la marcha
              me esperó una barbacana                               de madera. Con sigilo
              la abordé, como el inicio
              de un viaje por decidir.
              Una cosa os puedo decir:
              Sus Gracias me avasallaron,
              y al sentirlas yo en mis manos
              vi la Gloria desde un atril.

              

domingo, 3 de mayo de 2015

Sueños

Parece que mi destino
es el de vivir soñando.
A vida que es toda sueño
la muerte no le hará daño.

                        Manuel Altolaguirre.

Siempre fui soñador, qué le vamos a hacer... Soñé muchas veces cómo crujían aceros y maderas que me impedían la plena libertad, cómo soplaba altivo o sereno el viento que desenmascaraba los fútiles rostros de la hipocresía, cómo se desmoronaban las altas torres que entonces se revelaron como espejismos vanidosos, cómo lo imposible se instalaba en mi existencia cotidiana.

            En sueños me vi cansado y vencido por el más corriente de los comportamientos, fustigado por crueles realidades que acechan el ondulante paso por el mundo, amenazado por despertares aún más ingratos que el propio sueño... Pero también me vi orlado por laureles de vencedor, acompañado por virtudes casi esotéricas, aclamado por multitudes chillonas y hasta irreverentes -lo feo suele no importar cuando de ello se obtiene beneficio-, llevado ligero por bulevares ingrávidos... Porque... ¿quién no ha soñado ser un as? Del fútbol, de la música, de la aviación, de la belleza, de la amabilidad, del buen vestir, del saber estar, de la oratoria, del verso o de la prosa... ¿Quién no soñó en sus delirios de grandeza?

            Y, en muchas ocasiones, apareció lo divino. Venus me sedujo con vestales intangibles; Baco regó en no pocas ocasiones mis delirios con chorreones de efímera alacridad; Apolo me embaucó en submundos desconocidos donde lo bello se erigía en común compañía; y, cómo no, Cupido se empeñó en ensartar mis apetencias con flechazos las más de las veces imposibles...

            ¿Hablo de soñar dormido, o despierto? Da igual, el sueño es el sendero por el que intenta huir el hombre que no termina de entender algunas realidades.


P.S.: En estos últimos días he soñado -dormido- hasta dos veces con mi madre. Y la vi siempre viva, alegre, sonriéndome, queriéndome... A ella la muerte no le hizo daño, como tampoco me la hará a mí.