¡Abre las
puertas a María! Ábrelas a quien
viene preñada de Dios, abre las puertas a la Madre, a la niña embarazá, a la que esta noche va a parir al Señor. Abre las puertas a
la Esperanza, a la fuerza arrolladora que nos hará tirar muros y barreras, angustias y pesares dibujados con el color del
dinero; a la cascada de Amor que nos hará romper
las cadenas del egoísmo y la avaricia, bordar la bandera de los pobres de la Tierra, y encender la hoguera de un Universo sin guerras. Abre
las puertas a María, y en la sencilla existencia de un recién nacido
hallarás el calor de un Dios que no tiene
fronteras.
Con mis mejores deseos, ¡feliz Navidad!