Estaréis
de acuerdo conmigo en que es habitual relacionar mentalmente algún
acontecimiento o época con alguna pieza musical, imagen concreta o incluso con
alguna persona. Yo personalmente tengo en mi cabeza multitud de melodías que,
al reproducirlas, me retrotraen inmediatamente a determinados momentos vividos.
En estos días de Eurocopa me acuerdo
de la de hace cuatro años, y es lógico que me asalten imágenes como la del gol
de Torres, o la de la euforia desatada cuando Casillas levantó la copa, y de
otros sublimes momentos. Pero, para mí, aquella Eurocopa 2008 tendrá siempre
dos recuerdos indisolublemente asociados. El primero es el escenario donde viví
(y digo viví, y no vi) dos partidos trascendentales: el de cuartos contra
Italia y la semifinal ante Rusia. Estaba yo trabajando ese curso en El Ejido, y
me trasladé a ver esos partidos a la playa de Balerma, en una alucinante
taberna a la orilla del mar, hasta la bandera de gentes variopintas entre los
que no faltaban 7 u 8 guindillas lugareños enrolladísimos y aplicados en que el
ambiente oliera a monte… Hay que ver lo que une el fútbol: allí estaba yo compartiendo
cervezas, abrazos y besos con gente desconocida. Ambiente eufórico-bohemio.
Y el segundo recuerdo es nada más y
nada menos que un anuncio de televisión, el de la tarjeta Mastercard, que os
adjunto abajo y que seguro también recordaréis porque aquellos días lo
repitieron hasta la saciedad. Un verdadero alarde de imaginación para rendir
homenaje a España: en un familiar día de playa se evoca a genios españoles
(Gaudí, Cervantes y Picasso); y de banda sonora aquella "Nana de
Sevilla" de honda raigambre hispana que grabó La Argentinita con Federico
García Lorca al piano. Pedazo de taberna y genial anuncio. ¡Como para no ganar
la Eurocopa!
No hay comentarios:
Publicar un comentario