Y uno lamenta que precisamente en
una ciudad tan bella tengan que merodear las ratas etarras. ¿Es que ya no se
conforman con San Juan de Luz y Bayona?, ¿es que tienen que podrir hasta el
suelo más estimado por tanta gente? ¡Fuera de Albi, canallas!, ¡fuera de
Francia!, ¡fuera del mundo! Ojalá acaben tan borrados como los cátaros...
Vamos, como resulte que también están en Carcasonne, lo único que les deseo,
aparte por supuesto que los cacen, es que pasen allí el mismo calor bochornoso
que sufrimos nosotros, ¿verdad, amigos?
jueves, 28 de junio de 2012
Precisamente en Albi...
sábado, 16 de junio de 2012
La Eurocopa de Balerma y Mastercard

En estos días de Eurocopa me acuerdo
de la de hace cuatro años, y es lógico que me asalten imágenes como la del gol
de Torres, o la de la euforia desatada cuando Casillas levantó la copa, y de
otros sublimes momentos. Pero, para mí, aquella Eurocopa 2008 tendrá siempre
dos recuerdos indisolublemente asociados. El primero es el escenario donde viví
(y digo viví, y no vi) dos partidos trascendentales: el de cuartos contra
Italia y la semifinal ante Rusia. Estaba yo trabajando ese curso en El Ejido, y
me trasladé a ver esos partidos a la playa de Balerma, en una alucinante
taberna a la orilla del mar, hasta la bandera de gentes variopintas entre los
que no faltaban 7 u 8 guindillas lugareños enrolladísimos y aplicados en que el
ambiente oliera a monte… Hay que ver lo que une el fútbol: allí estaba yo compartiendo
cervezas, abrazos y besos con gente desconocida. Ambiente eufórico-bohemio.
Y el segundo recuerdo es nada más y
nada menos que un anuncio de televisión, el de la tarjeta Mastercard, que os
adjunto abajo y que seguro también recordaréis porque aquellos días lo
repitieron hasta la saciedad. Un verdadero alarde de imaginación para rendir
homenaje a España: en un familiar día de playa se evoca a genios españoles
(Gaudí, Cervantes y Picasso); y de banda sonora aquella "Nana de
Sevilla" de honda raigambre hispana que grabó La Argentinita con Federico
García Lorca al piano. Pedazo de taberna y genial anuncio. ¡Como para no ganar
la Eurocopa!
viernes, 8 de junio de 2012
Hablando de pregones...
En mi última entrada hablé sobre el aniversario de
mi exaltación de la Eucaristía. Bueno, pues hablando de pregones quiero hoy
referirme al de las Glorias de María, que el domingo pasado recitó José María
"Tallo". Y quiero hacerlo para, fundamentalmente, felicitarle
públicamente porque, con mucha dignidad y un alto sentido religioso,
"Tallo" se limitó a recitar un pregón. Puede que os suene raro lo que
estoy diciendo, pero es que ya se echaba en falta pues eso... un pregón, mejor
o peor escrito, más o menos bello -esto ya depende del gusto personal-, pero un
pregón al fin y al cabo. Sí, un pregón en el que si se habla de uno mismo y de
la familia se hace de pasada y no como actores principales del texto, un pregón
en el que no se recurre al sentimentalismo para arrancar la lágrima fácil al
respetable ("Tallo" dedicó unas palabras al fallecido Juan José con
mucha elegancia y sin tener que poner a nadie a llorar). En fin, que yo también
me uno a lo que expresó Antonio Muñoz en su blog La Zambrana hace unos días: un
pregón debe limitarse al objeto de lo pregonado. Por cierto, chapó por la
presentadora, su hermana Alcora, a la que no tengo el gusto de conocer
personalmente pero a la que también envío una felicitación por hacer pues
eso... una presentación, apenas unos minutos para decirnos quién es y qué es el
pregonero. Nada de mini pregón de 20 ó 25 minutos e, igualmente, nada de
sentimentalismos (y eso que presentaba a sangre de su sangre). Lo dicho:
enhorabuena a ambos.
sábado, 2 de junio de 2012
Hace hoy cinco años
Justamente hoy se cumple un lustro desde que recité
la XIII Exaltación de la Eucaristía. Cinco años de uno de los días más felices
de mi vida. No voy a rememorar aquí lo que para mí supuso aquella experiencia;
simplemente me limitaré a renovar mi agradecimiento a quienes hicieron posible
aquel capítulo feliz. (Mala cosa es no tener memoria para agradecer.) Así que
gracias a mi familia, que me arropó y disfrutó tanto como yo; gracias a Manuel,
entonces Hermano Mayor, quien me designó personalmente; gracias a Ricardo, por
su estupenda presentación; gracias a mis amigos, que estuvieron allí viviéndolo
intensamente y que me regalaron un precioso recuerdo; gracias a tantas personas
que quisieron llenar la iglesia aquella noche y que me demostraron un cariño
inmenso. Y gracias también a tanta gente, anónima mucha, que me paró por la
calle para decirme que me habían visto por la televisión y que les había
encantado; gracias a quien meses después me dijo que utilizaba el texto de mi
exaltación como oración a Dios; gracias a aquella mujer que me agradeció
enormemente que le regalara los folios que utilicé en la propia recitación;
gracias a Rosario, que en medio de la exaltación dio un viva a la madre que me
parió; gracias a quien me prestó las pastas; a quien me dijo al oído "ole
tus cojones"; a quien casi me gritó con vehemencia un "bien, Juan,
bien" al felicitarme;... Qué fácil es hacer feliz a alguien siquiera un
día, y qué trabajo nos cuesta a veces, leches...
Cinco
años después, algunas cosas han cambiado... Ley de
vida. Pero hay dos cosas que no: la fe que me impulsó a escribir y recitar
aquella exaltación, y todas y cada una de las palabras e ideas que expresé en
ellas. Esas, queridos amigos, son mis credenciales.
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