lunes, 7 de mayo de 2012

Tribulaciones de un jamón en la Cruz


Estaba la otra noche en una caseta, y mirando a este jamón, pude oír perfectamente sus lamentos:  <<¡No hay derecho, hombre, no hay derecho! Que he estado en Mairena, en Sevilla, en El Viso, y a saber dónde me llevan ahora... Tres semanas colgado de un gancho para que no me echen ni cuenta... "Ya verás lo pronto que te piden, lo poquito que vas a durar, que eres el plato estrella..." Todo eso me decían. ¡Y una leche! ¡Pero si ni siquiera me miran! Eso sí, todos muy arregladitos y encantados de haberse conocido: "¡qué preciosidad de traje!", "la tela es ideal", "¿de dónde son los complementos?", "¡qué corbata más chula!", ji ji, ja ja, besitos por aquí y besitos por allá... Sí, hijos, sí, estáis todos muy monos, pero más tiesos que la mojama. Y venga tortilla, venga pimientos, venga almendritas... ¿Y para esto me he llevado yo cinco años correteando por la dehesa?, ¿para esto dos meses enterrado en sal?, ¿para esto otra temporadita colgado aguantando el frío aire de la sierra? Anda, y que os den... Que a este paso no voy a valer ni para caldo de puchero. Si es que quien nace lechón...>>  

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