A
vueltas con la idea que ya expresé hace unos meses sobre que es la música el
arte que mayor capacidad posee de despertar nuestros sentimientos. Y a vueltas
con Wagner. Recientemente he visto la película Hitler, el reinado del mal, una interesante reconstrucción
histórica que abarca desde la juventud hasta la toma del poder por parte del
dictador germano. En una escena de la misma se reproduce el primer encuentro
entre Hitler y Ernst Hanfstaengl, un rico editor alemán que a la postre se
revelaría como pieza clave en el ascenso del Partido Nazi. Hitler se encuentra
ensayando la característica gestualidad que mostraba en sus discursos
–realmente algo hilarante si no fuera porque esos gestos sirvieron para que
millones de almas se adhirieran inquebrantablemente a uno de los regímenes más
crueles de la historia de la Humanidad-, y Hanfstaengl decide, para llamar su atención, sentarse al
piano e interpretar una pieza de Wagner, el compositor favorito de Hitler por
razones de exaltación pangermánica. A Hitler, la melodía le hace soltar una
lágrima, y a mí no me dejó indiferente...
Unos días después, hablando con mi
amigo Rafael sobre la película, le comenté la escena, y coincidió conmigo en la
belleza de la melodía. Y no sólo eso, sino que, más erudito que yo, ya había bicheado
por youtube hasta dar con la pieza: la melodía en cuestión forma parte de la Procesión de Elsa hacia la catedral, de
la ópera Lohengrin. Os adjunto un
enlace a la escena en cuestión, para que tengáis la oportunidad de saborear
esta sencilla maravilla. Ya tengo en mi poder la versión original para orquesta
y una deliciosa a piano; quien las quiera, gustosamente se las paso.
Y es que, pese a su aparente simplicidad
compositiva, la melodía que Hanfstaengl tocó a Hitler luce distinguida con la
sencillez de la belleza en un aire melancólico y solemne. Y, como tal, entró en
mi cabeza como un obús, de manera que la he venido reproduciendo en mi interior
de manera continuada, transportándome, aun en el mundo, hacia un Parnaso
musical en el que no existen alumnos estresantes, recortes de Rajoy, recortes
de Griñán, bajada de salarios, fantasmas y gentuzas habituales... Ese es el
poder de una simple melodía. Ese es el poder de la música.
DESGRACIADAMENTE LOS REGIMENES TOTALITARIOS HAN UTILIZADO, UTILIZAN Y SEGUIRAN UTLIZANDO LAS BELLAS ARTES COMO MEDIOS PROPAGANDISTICOS, CON EL FIN DE JUSTIFICAR LO INJUSTIFICABLE. UN EJEMPLO MUY CERCANO LO TENEMOS EN NUESTRA QUERIDA ESPAÑA, CONCRETAMENTE EL FRANQUISMO SE VALIO DE LA COPLA PARA SEGÚN ELLOS REVINDICARSE COMO LOS ATENTICOS VALEDORES DEL SENTIMIENTO DEL PUEBLO ESPAÑOL.
ResponderEliminarEL TIEMPO PONE LAS COSAS EN SU SITIO, Y FELIZMENTE LA COPLA HA SUPERADO ESE TRANCE QUE TUVO QUE SOPORTAR DURANTE 40 AÑOS, Y NO MENOS VA A SER LA GENIALIDAD DE WAGNER PARA PREVALECER ANTE TAN MISERA ESCORIA CONDICION HUMANA REPRESENTADA EN EL NAZISMO.