La lluvia ha decidido bendecir la tierra para que todo empiece, ahora, a renacer.
Aquellas hojas que nacieron pujantes en primavera, caen mortecinas a la misma tierra que les amamantó, como queriendo sentir una última caricia de la madre de todas las madres.Se fueron los vencejos; su canto es ahora patrimonio sonoro de tierras lejanas desde las que algún día retornarán para regalarnos una dulce canción de luces nuevas. Esa luz que ya emigra para iluminar ilusiones de otros horizontes, allí donde el hombre también anhela en cada ciclo el milagro de la vida.
Y en la atardecida, el sol tiñe el paisaje de oro viejo; un mismo paisaje que en el estío brilló con otro oro, limpio y reluciente, nuevo, adánico,... Todo es ahora viejo y caduco para avisarnos de que, en unos meses, renacerá. Como la vida misma.
¿Y el "negro" que te ha escrito esto era...?
ResponderEliminarPrecioso, de verdad. Simplemente: me ha encantado.
Gracias “poeta” por la belleza de este ultimo articulo que hasta para los “negaos” como yo en la pluma y sobre todo en la lectura, nos parece como diría un argentino, MUY LINDO.
ResponderEliminarUn saludo, Alfonso.
iooo esta to eskiso avhe o no?
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