La foto la hizo mi hermano Aurelio, que supo
advertir el tremendo simbolismo que encierra (si pincháis sobre la misma la veréis a mayor tamaño). Ahí las veis: tres grúas de
sendas obras (paradas, por supuesto) sobre El Viso. El ángulo de visión y la
luz crepuscular hace que nos acordemos de la imagen pasionista del calvario con
sus tres cruces. Y la metáfora, terrible, se sirve sola: nuestro pueblo
convertido en un calvario de la crisis, soportando tres cruces formadas
precisamente por elementos de la construcción; y sus gentes, padeciendo los
estragos de esta situación canalla que nos está machacando con cada vez más
paro, más impuestos, más recortes, más miedo, más desesperanza y menos alegría.
jueves, 24 de mayo de 2012
El calvario de la crisis
jueves, 17 de mayo de 2012
El poder de una melodía
A
vueltas con la idea que ya expresé hace unos meses sobre que es la música el
arte que mayor capacidad posee de despertar nuestros sentimientos. Y a vueltas
con Wagner. Recientemente he visto la película Hitler, el reinado del mal, una interesante reconstrucción
histórica que abarca desde la juventud hasta la toma del poder por parte del
dictador germano. En una escena de la misma se reproduce el primer encuentro
entre Hitler y Ernst Hanfstaengl, un rico editor alemán que a la postre se
revelaría como pieza clave en el ascenso del Partido Nazi. Hitler se encuentra
ensayando la característica gestualidad que mostraba en sus discursos
–realmente algo hilarante si no fuera porque esos gestos sirvieron para que
millones de almas se adhirieran inquebrantablemente a uno de los regímenes más
crueles de la historia de la Humanidad-, y Hanfstaengl decide, para llamar su atención, sentarse al
piano e interpretar una pieza de Wagner, el compositor favorito de Hitler por
razones de exaltación pangermánica. A Hitler, la melodía le hace soltar una
lágrima, y a mí no me dejó indiferente...
Unos días después, hablando con mi
amigo Rafael sobre la película, le comenté la escena, y coincidió conmigo en la
belleza de la melodía. Y no sólo eso, sino que, más erudito que yo, ya había bicheado
por youtube hasta dar con la pieza: la melodía en cuestión forma parte de la Procesión de Elsa hacia la catedral, de
la ópera Lohengrin. Os adjunto un
enlace a la escena en cuestión, para que tengáis la oportunidad de saborear
esta sencilla maravilla. Ya tengo en mi poder la versión original para orquesta
y una deliciosa a piano; quien las quiera, gustosamente se las paso.
Y es que, pese a su aparente simplicidad
compositiva, la melodía que Hanfstaengl tocó a Hitler luce distinguida con la
sencillez de la belleza en un aire melancólico y solemne. Y, como tal, entró en
mi cabeza como un obús, de manera que la he venido reproduciendo en mi interior
de manera continuada, transportándome, aun en el mundo, hacia un Parnaso
musical en el que no existen alumnos estresantes, recortes de Rajoy, recortes
de Griñán, bajada de salarios, fantasmas y gentuzas habituales... Ese es el
poder de una simple melodía. Ese es el poder de la música.
lunes, 7 de mayo de 2012
Tribulaciones de un jamón en la Cruz
Estaba la otra noche en una caseta, y mirando a este
jamón, pude oír perfectamente sus lamentos: <<¡No
hay derecho, hombre, no hay derecho! Que he estado en Mairena, en Sevilla, en
El Viso, y a saber dónde me llevan ahora... Tres semanas colgado de un gancho
para que no me echen ni cuenta... "Ya verás lo pronto que te piden, lo
poquito que vas a durar, que eres el plato estrella..." Todo eso me
decían. ¡Y una leche! ¡Pero si ni siquiera me miran! Eso sí, todos muy
arregladitos y encantados de haberse conocido: "¡qué preciosidad de
traje!", "la tela es ideal", "¿de dónde son los
complementos?", "¡qué corbata más chula!", ji ji, ja ja, besitos
por aquí y besitos por allá... Sí, hijos, sí, estáis todos muy monos, pero más
tiesos que la mojama. Y venga tortilla, venga pimientos, venga almendritas... ¿Y
para esto me he llevado yo cinco años correteando por la dehesa?, ¿para esto
dos meses enterrado en sal?, ¿para esto otra temporadita colgado aguantando el
frío aire de la sierra? Anda, y que os den... Que a este paso no voy a valer ni
para caldo de puchero. Si es que quien nace lechón...>>
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