La foto la hizo mi hermano Aurelio, que supo
advertir el tremendo simbolismo que encierra (si pincháis sobre la misma la veréis a mayor tamaño). Ahí las veis: tres grúas de
sendas obras (paradas, por supuesto) sobre El Viso. El ángulo de visión y la
luz crepuscular hace que nos acordemos de la imagen pasionista del calvario con
sus tres cruces. Y la metáfora, terrible, se sirve sola: nuestro pueblo
convertido en un calvario de la crisis, soportando tres cruces formadas
precisamente por elementos de la construcción; y sus gentes, padeciendo los
estragos de esta situación canalla que nos está machacando con cada vez más
paro, más impuestos, más recortes, más miedo, más desesperanza y menos alegría.
jueves, 24 de mayo de 2012
El calvario de la crisis
jueves, 17 de mayo de 2012
El poder de una melodía

Unos días después, hablando con mi
amigo Rafael sobre la película, le comenté la escena, y coincidió conmigo en la
belleza de la melodía. Y no sólo eso, sino que, más erudito que yo, ya había bicheado
por youtube hasta dar con la pieza: la melodía en cuestión forma parte de la Procesión de Elsa hacia la catedral, de
la ópera Lohengrin. Os adjunto un
enlace a la escena en cuestión, para que tengáis la oportunidad de saborear
esta sencilla maravilla. Ya tengo en mi poder la versión original para orquesta
y una deliciosa a piano; quien las quiera, gustosamente se las paso.
Y es que, pese a su aparente simplicidad
compositiva, la melodía que Hanfstaengl tocó a Hitler luce distinguida con la
sencillez de la belleza en un aire melancólico y solemne. Y, como tal, entró en
mi cabeza como un obús, de manera que la he venido reproduciendo en mi interior
de manera continuada, transportándome, aun en el mundo, hacia un Parnaso
musical en el que no existen alumnos estresantes, recortes de Rajoy, recortes
de Griñán, bajada de salarios, fantasmas y gentuzas habituales... Ese es el
poder de una simple melodía. Ese es el poder de la música.
lunes, 7 de mayo de 2012
Tribulaciones de un jamón en la Cruz

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