A María
Jesús Espinosa, pastoreña de Cantillana, en un año que jamás olvidará.
El orto y el lubricán
en
un almendro florecen,
y
en Cantillana aparece
la
estrella de su Jordán.
Ay,
Pastora... que vendrás
con
tus ojos a embriagarme
de
tu cara y de tu talle,
¡llévame
enamorado,
y guíame con tu cayado
a
los riscos celestiales!
Me gusta, como todo lo que ecribes. Saludos
ResponderEliminar