Fray
Antonio de la Santísima Trinidad nació en El Viso en 1748, y tomó el hábito
mercedario en nuestro extinto convento. Este visueño fue hombre bastante
cultivado en letras y otro tipo de virtudes. Enseñó Filosofía y fue nombrado
Examinador Sinodal del Arzobispado de Sevilla. Sus contemporáneos estimaban de
él su prudencia y buen proceder, por lo que era consultado por eximias figuras
religiosas de su época, tales como el Cardenal Luis de Borbón y Villabriga,
Arzobispo de Toledo y sobrino del Rey Carlos III. Por todo ello fue nombrado
General de la Merced Descalza, en cuyo gobierno dio pruebas más que suficientes
de ser hombre excepcional, haciendo gala de dos cualidades tan difíciles como
la decisión y la paciencia. Incluso cuando fue removido del cargo y fustigado
por distintas corrientes en el seno de la propia Orden, mantuvo su talla de
extraordinaria persona. Su apreciada valía le reportó el nombramiento como
Obispo de Nueva Cáceres (Filipinas, que por entonces aún era colonia española),
pero no llegó a tomar posesión de su cargo. Falleció en el convento de nuestro
pueblo en 1829, con 81 años de edad.
La foto que acompaña a este texto
pertenece al fragmento de una carta enviada por Fray Antonio al referido
Cardenal. Si la ampliáis (pinchad sobre la misma) podréis ver que está datada
en 1809 en Cádiz. Esto es, en plena ocupación francesa, cuando Cádiz fue la
única ciudad española no ocupada y acogió a unas cortes españolas de signo
liberal. Si Fray Antonio estaba allí en esa fecha, y más tarde, durante el
nefasto reinado de Fernando VII, fue hostigado hasta tener que dejar el
generalato de la Orden, cabe pensar que nuestro paisano fue uno de los
excepcionales clérigos que alumbraron en España el régimen liberal, que, a la
postre, acabaría con la monarquía absoluta. Ciertamente, un personaje más que
interesante... Y digo yo una cosa: ¿no sería este caso merecedor de que al
menos se estudie la posibilidad de dedicar una calle a este ilustre visueño?