Hoy hace once años que murió George Harrison, el
beatle serio, el menos mediático de los cuatro, el tipo que puso en la mítica
banda un toque de discreción, de misticismo, de melancolía, incluso de tristeza si se
quiere. Dicen que detrás de su aparente seriedad escondía un fino sentido del
humor. Y no me extraña, pues los genios no siempre se hacen del todo transparentes;
y Harrison lo era: ahí están sus canciones para constatarlo. Unas canciones
trascendentales, místicas, un refresco musical para el espíritu que nos cuela
de la mano de su nítida voz. George Harrison debió ser un buen hombre; así me
lo dice su personalidad y la activa solidaridad que ejerció con los más
desfavorecidos. Y también que, cuentan, murió invocando a Dios y recomendando
amarnos los unos a los otros.
jueves, 29 de noviembre de 2012
For George
martes, 13 de noviembre de 2012
Entre sombras de cipreses
Os confieso que aún sigo sobrecogido por esta
imagen... La Virgen de los Dolores entre los cipreses del cementerio. Silencio.
Sobrecogimiento. A quien no estuvo allí es imposible explicárselo. Para
intentar hacerlo, a mí sólo me sale esta humilde décima:
entre suspiros de ansia
que con los rezos se mezclan,
y el sol tibio que te besa
junto a la sombra del ciprés.
Y casi acierto a comprender
que a las Ánimas del Cielo
son tus Dolores consuelo
que en tus manos sentiré.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)