Hoy, al calor de la resaca electoral, y sin que sirva de precedente, me apoyaré en la política para llegar a una reflexión. Empecemos por hacer memoria. Tras el brutal atentado de Atocha el 11 de marzo de 2004, y ante la pésima gestión que de su información hizo el Gobierno de Aznar, el PSOE puso en marcha una eficaz campaña basada en una idea que difundieron con contundencia: el Gobierno estaba mintiendo y merecíamos un Gobierno que no nos mintiese. ¿Recordáis aquello? Resultado: en sólo tres días consiguieron dar la vuelta a las encuestas y Zapatero ganó sus primeras elecciones. Dicen, y yo me lo creo, que fue Rubalcaba el inspirador de aquella "gesta".
Año 2008. Zapatero ha sido reelegido cuando empieza a sobrevolar sobre nosotros el fantasma de una crisis económica de funestas consecuencias. En otros países se empiezan a tomar medidas, que a la larga han comenzado a dar resultados. ¿Qué hace nuestro Gobierno? Olvidar que no se debe mentir y negar la existencia de esa crisis. Se habla, todo lo más, de "desaceleración en el crecimiento de la economía". ¿Recordáis también aquello? Rubalcaba, miembro del Gobierno, olvidó lo de "un Gobierno que no nos mienta" y más bien debió pensar, como Goebbels, que una mentira mil veces repetida se convierte en verdad. Y nada, a seguir chupando de la teta mientras dé leche, españoles, que si alguna vez deja de dar ya nos la regalará la vaca ésa alemana. Pero, ¡pobres ilusos! no se dieron cuenta de que se puede engañar a un paniaguado, a un subvencionado, incluso a algún politiquillo de medio pelo,... ¡Pero jamás a los bolsillos! Y el resto ya lo conocéis: medidas inútiles (llámese Plan E), no sé qué de falsos brotes verdes, y casi cinco millones de parados... Resultado: el PSOE fulminado en las elecciones de ayer.
Y uno se pregunta: ¿tan malo es decir la verdad en política? Porque, ¿qué hubiera pasado si en 2008 Zapatero se hubiera dirigido a todos nosotros más o menos en estos términos: "tenemos encima una grave crisis económica de la que tendremos que salir con sacrificios; el Gobierno hará cuanto esté en su mano, pero pido a todos comprensión y altura de miras"? Pues no sé qué hubiera pasado, pero probablemente nos hubiera ido algo mejor y, sobre todo, el Gobierno no habría mentido. Pero nada, optaron por negar la mayor y cuando no tuvieron más remedio empezaron a tomar medidas, pero tarde y, lo que es más bochornoso, dictadas desde el exterior.
Y tú, Mariano, aplícate el cuento. Los españoles te hemos dado un amplio margen de confianza, aún a sabiendas de que vamos a tener que apretarnos el cinturón. Haz lo que puedas y debas si crees que es lo mejor, pero, hombre, no nos mientas. Que me da a mí que te vas a ver más de una vez en la tentación de hacerlo, y ya deberías saber dónde ponemos nosotros a los mentirosos.