Están cayendo en tus sienes
chaparrones de alegría
mientras siembro en tus quereres
matas de romero verde
para aromar tu sonrisa.
Manan las voces quemadas
una fuente de lunares
para ahuyentar la nostalgia
que en la luz de tu tez blanca
puso un vuelo de volantes.
El mantoncillo en la alcoba
está pidiendo unos hombros
porque ve que le hacen sombra
un lunar junto a tu boca
y una rosa junto al moño.
Mayo viejo y siempre nuevo,
¡aguarda tus embestidas!,
déjame ser tu reflejo
cuando me alcance el veneno
de tu piel de margaritas.
¡A los cerros, a los cerros!,
¡vamos al campo, chiquilla!
que yo quiero que en mi pueblo
cante una cruz de romero
su estrofa de clavellinas.
su estrofa de clavellinas.